domingo, 26 de mayo de 2013

BARRIO ADENTRO: Sábados 11 y 4 de Mayo

El sábado 4 de mayo, el grupo de la facultad de Ciencias Exactas y el de FADU trabajamos en conjunto debido a la imposibilidad de los compañeros de FADU de usar la canchita de volley como otro espacio de recreación. La propuesta que se le hizo a los chicos del barrio que se presentaron en el merendero fue la de pintar sobre un gran papel afiche todo lo que ellos veían de su barrio. El objetivo de la propuesta era en parte el de ver cómo los chicos ven y asocian el entorno en el que viven e incentivar la concientización de aquello que los rodea. También se les propuso pintar en un cartel diferente lo que veían en el merendero con la intención de crear un sentido de pertenencia, de motivar la idea de que es un lugar que pueden considerar como propio y en el que se pueden sentir a gusto. Al final de la actividad, mientras los chicos merendaban, se les preguntó qué mas podían decir acerca de su barrio, qué cosas podían ver, como la clase de edificios, los perros, los trenes, etc. 

Al finalizar la jornada, luego de hacer un cierre general del día, surgió la propuesta de incentivar más a los chicos para que traigan sus deberes al merendero, con el objetivo de poder aprovechar las horas de los sábados no sólo como un momento de diversión y juego sino también como un espacio para ayudar a los chicos con sus deberes y dificultades académicas.







Para el sábado 11, la idea de la actividad era seguir trabajando con el sentido de pertenencia. 

Al comenzar dividimos a los chicos en dos grupos, unos hicieron su tarea y los demás se quedaron para hacer la actividad que llevamos. La misma consistió en hacer dos equipos y jugar una especie de "dígalo con mímica". Una vez divididos les preguntamos cosas que le gusten sobre el comedor y el lugar donde viven. Después las respuestas que ellos nos dieron las representamos para que el otro grupo adivine. 

Obtuvimos varias respuestas interesantes de la actividad, pero a partir de la tercer pregunta los chicos se empezaron a dispersar y se nos hizo difícil continuar. A través de juegos no planeados, como el pato ñato o el veo veo, tratamos de ordenarlos un poco. 

Después de la merienda, escribimos en cartulinas las palabras que habían surgido como respuestas y les propusimos decorarlas, así logramos tener nuevamente su atención y concluimos con la actividad.






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